miércoles, 11 de julio de 2012

"La vida es de sacrificios"



Arled ha jugado dos partidos en la Primera A Profesional y solo ha recibido un gol en contra. Jonathan Estrada, del DIM, fue el verdugo del joven arquero itagüiseño, el pasado 14 de abril en el empate (1-1) entre Rojos y Dorados..
Roosevelt Castro B.

"Siempre digo que las cosas no iban a ser fáciles, por eso entre más sacrificio me toque hacer es porque cosas más grandes vendrán”, afirma con contundencia el arquero itagüiseño Arled Cadavid Valencia. Y para cumplir con su sueño ha tenido que sacrificar muchas cosas en su vida.
Sus estudios de educación superior en la Universidad de Antioquia como estudiante de ingeniería química; sus grandes desplazamientos desde  la vereda Manga Arriba, de Girardota, su lugar de habitación, hasta Itagüí, su sitio de su trabajo; sus exigentes entrenamientos como portero; sus soledades y sus temores de no cumplir con sus sueños, han sido algunos de los grandes sacrificios con los que  ha tenido que enfrentar el hijo mayor de Juan Manuel, operario de máquinas de una textilera, y de Dora, ama de casa.
“Siempre quise ser portero. Esa siempre fue mi ilusión desde niño, por eso me gozo la vida con esto del fútbol”.  Y ese sueño se le hizo realidad hace un mes cuando enfrentaron al Cúcuta Deportivo. El Estadio General Santander fue testigo del debut del arquero itagüiseño. Fue en cumplimiento de la fecha 11 jugada el domingo 8 de abril de este año, cuando el juvenil saltó al gramado vestido como profesional de la pelota. Con los nervios normales de quien funge en esta posición ingrata dejó el marco en cero y su compañero Cléider Alzate realizó la anotación, para que los dirigidos por Hernán Torres se trajeran los tres puntos de la ciudad fronteriza. “Fue muy bueno y satisfactorio haber dejado el arco en cero”, afirma el guardavalla nacido en Medellín, el 29 de marzo de 1991.
Iker Casillas, como un referente internacional, y su padre Juan Manuel, como uno de sus grandes consejeros, han sido los faros que iluminan su corta vida deportiva. “De Iker admiro su velocidad, su excelente ubicación y su fortaleza en el mano a mano, esas virtudes que también me han inculcado mis compañeros “Prono” y “Rufay”, quienes son excelentes. De mi padre he aprendido que hay que trabajar con humildad, con sacrificio y a nunca desfallecer en lo que quiero”, concluye.
 Hoy sale a enfrentar al Sucre Fútbol Club en cumplimiento de la fecha siete de la Copa Colombia con todas las sabias enseñanzas que le han dado tanto en el Seminario Menor Juan Pablo II, como las de sus tutores futbolísticos Sergio Lombana, Carlos Mario Caicedo y Hernán Torres.