domingo, 22 de mayo de 2011

Pito Madrugador



(Pito madrugador fue publicado en EL MUNDO el 12 de Febrero de 2011)


59 árbitros de fútbol, entre las dos Corporaciones, presentaron las pruebas teóricas y físicas para el escalafón nacional.Los encargados de administrar justicia en las canchas también quieren tener su oportunidad.

ROOSEVELT CASTRO B.
Para no quedar en fuera de lugar, los árbitros antioqueños perteneciente a dos Corporaciones autónomas le madrugaron a presentar sus pruebas, tanto teóricas como físicas, para seguir escalando en este duro y desagradecido oficio en el ámbito nacional.
En el Estadio de Atletismo Alfonso Galvis Duque se reunieron ayer los diferentes “nazarenos turno”, como los llamó el narrador costarricense Carlos Arturo Rueda C.
Por Arbiantioquia
“Esta vez les tocó a los de la categoría nacional C, en donde se destacaron Diego Rendón y Roberto Vidal”, manifiesta el bellanita José Ruiz López, director ejecutivo de Arbiantioquia. A renglón seguido indica que los de las categorías Fifa, Nacional A y B, ya las habían presentado.
Es que con más de 300 jueces, 200 a nivel local y más de 100 en las regiones, este tradicional Colegio departamental quiere dar la dura batalla en el ámbito nacional.
“Acabamos de enviarle un proyecto a la Secretaria de Educación Departamental para capacitar a los muchachos pronto a salir del bachillerato. La idea es que ellos lleguen por esta vía a sus procesos de alfabetización y más tarde tenerlos en nuestro colegio, si ellos lo deciden”, plantea el máximo dirigente del pito en la Corporación Colegio de Árbitros de Antioquia (Arbiantioquia).
Unos requisitos mínimos exige la Corporación para aspirar a ser árbitro de fútbol. Buen biotipo, edad, mínimo un sexto de bachillerato y luego una carrera media, técnica o profesional, son algunas de las características.
“El presupuesto general de este año para dirigir los diferentes torneos de la Liga Antioqueña de Fútbol es del orden de los 300 millones”, indica el carismático ex árbitro antioqueño, con más de 25 años en esta actividad.
Aunque no se vive del arbitraje y con un desfase enorme a los sueldos exorbitantes con respeto a los sueldos de las grandes figuras del fútbol mundial, los nuevos “hombres de negro” quieren llegar a pertenecer a la élite privilegiada de este deporte. “Una terna arbitral de los torneos de la Dimayor se percibe una remuneración por servicios de $ 2.400.000.oo, la mitad para el central y la otra mitad para los asistentes. Aquí el árbitro que más gana es $ 32.000.oo como central en la categoría A”, indica Ruiz López, habitante del barrio Los Colores.
Como una tarjeta roja al machismo, las mujeres antioqueñas quieren administrar justicia en las diferentes canchas del balompié aficionado. A Arbiantioquia pertenecen 7 mujeres entre las que se destacan Andrea Chavarria, Diana Ortiz Luz Mary Gamboa, quienes aspiran a seguir los pasos de su mentora María Edilma García, ex juez Fifa.
Para el mes de marzo realizarán su quinta asamblea de elección de dignatarios independiente de la Liga. Es que por directrices de la Federación Colombiana de Fútbol y Coldeportes Nacional, cualquier persona o entidad puede aspirar a fundar colegios de árbitros, en cualquier disciplina deportiva. Es una norma de la ventaja al desempleo.
“Queremos hombre que conozcan y le aporten al fútbol, por eso estamos recibiendo hojas de vida que nos posibiliten cumplir nuestros objetivos y nuestra razón social”, puntualiza José Ruiz.
“Mucho trabajo para responderle a los diferentes torneos, una modernización acorde a los nuevos tiempos y un proceso amplio de masificación arbitral, es lo que queremos hacer en nuestra Corporación para este 2011. Igualmente posicionar el fútbol sala que no ha tenido tanta acogida. Sólo contamos con 25 colegiados, pero aspiramos a tener más”, es lo que concluye este ex estudiante de administración de empresas pero no graduado de la Universidad de Antioquia.
Por la Academia Antioqueña
Con el fin de ofertar en el mercado arbitral y tener otra posibilidad de trabajo, fue creada la Corporación Academia Antioqueña de Árbitros, hace tres años.
“No fue un cisma en el arbitraje antioqueño, si no la posibilidad coyuntural que nos posibilitó la Federación Colombiana de Fútbol y Coldeportes Nacional de que cualquier persona o entidad pudiera fundar colegios de árbitros, en cualquier disciplina deportiva”, explica Juan Manuel Hurtado Bedoya, tesorero del naciente organismo arbitral.
“Tampoco les estamos robando árbitros a nadie, sino contribuyendo al enriquecimiento de la comunidad arbitral”, plantea este hombre del arbitraje con más de 15 años de experiencia.
Con tan poco tiempo ya consiguieron el aval de la Federación Colombiana de Fútbol y han puesto a su servicio tres árbitros en la categoría B y 8 en la C profesional.
“Duberney Salas y José Luis Pino son nuestros prospectos que mostramos con orgullo para el arbitraje nacional. Al igual que 40 muchachos que quieren llegar lejos en estas lides”, manifiesta orgulloso Hurtado Bedoya.
Con unos requisitos mínimos como una pequeña hoja de vida y una entrevista, pueden ingresar a hacer parte de la Corporación Academia Antioqueña de Árbitros.
Cuentan en sus cuadros directivos con muchos hombres de gran trayectoria en el fútbol, como Javier Valencia, ex dirigente de la Fedefútbol, Hernando Agudelo, juez Fifa, y Jorge Gutiérrez, del Inder-Medellín.
Los torneos empresariales, las conversaciones con la Fedefútbol para pitar en varias de las categorías, la capacitación permanente, son los grandes retos de esta naciente corporación, con sede en el barrio Calasanz de Medellín.
“Queremos diversificar en otras disciplinas deportivas como baloncesto, fútbol sala, voleibol. De hecho lo venimos haciendo desde hace rato”, concluye Juan Manuel Hurtado Bedoya.

miércoles, 11 de mayo de 2011

¡GRACIAS a nuestros Mecenas!









Y los medios de comunicación hablan de paz










¡Sencillamente, un millón de GRACIAS!

Voces de paz (testimonios de diferentes actores)



Para mi es excelente porque se les está dando la oportunidad a pueblos muy lejanos y golpeados por la violencia, que es lo más importante, ya fuera de ganar o perder es muy motivador que nos inviten a este tipo de torneos.

Harol Ospina Giraldo, Sonsón.
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Veníamos con muchas expectativas primero que todo de ganar y quedar campeones en esta torneo tan bacano que reunió todos estos pueblos afectados por la violencia, pero como dijimos en la charla faltó entrenamiento pero igual aprendimos muchas cosas.

Juan Bernardo Marulanda, Sonsón.

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Uno aprende muchas cosas, es primera vez que visito un estadio, que estoy en un cancha sintética, y es una gran oportunidad para nosotros. Yo se que más de uno quiso tener la oportunidad de participar y no pudieron. Espero que los muchachos que no pudieron venir algún día tengan la oportunidad porque esto es muy bueno.

Darwin Hernández (Nariño)
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Para mí es primera vez que piso una cancha sintética y conozco más de cerca un estadio, es una emoción muy grande saber que uno es protagonista en el terreno de juego y no solo espectador, es una oportunidad muy grande porque pocos en nuestro municipio la tienen, de pisar una cancha sintética y jugar.

Abraham Betancur (Nariño)
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Es una oportunidad muy grande que nos brinda la Gobernación a nosotros los pueblos que hemos sido marginados de alguna u otra forma por la violencia, que mejor que por medio del deporte ayudar para ir olvidando estas situaciones que tanto nos han agobiado y tanto nos han dolido en nuestro municipio

Muy contento porque como lo decían los patrocinadores y los organizadores es una oportunidad muy bonita de venir a jugar al estadio de Rionegro, las comodidades de este torneo han sido muy buenas, estamos hospedados en un sitio muy acogedor, la forma de transporte y todo ha sido muy importante y una experiencia muy bonita que yo se que más de uno nunca la ha tenido, no se nos va a olvidar y estoy muy contento por la oportunidad que hemos tenido de estar aquí
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¿Qué es lo que más destaca del torneo?

Lo más importante de este torneo fue que gracias a este, gracias a los seminarios, todo lo que nos hablaban en las conferencias sobre la paz, la unión, los valores, nos sirvió mucho como grupo porque hemos sido muy unidos. En esta sede es en las que más hemos estado juntos, compartiendo todos los ratos, hemos estado en el grupo muy comprometidos con la situación y queriendo responderle a los organizadores demostrándoles que nosotros tenemos cultura y que tenemos ganas de seguir participando y que se podría volver a realizar sin ninguna problemática de nada.

Cristian Camilo Soto Valencia (DT Cocorná)
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A nivel personal que es lo que más le ha aportado su participación en la Copa Gobernación de Antioquia – Prodepaz

En primer lugar experiencia, pues pocos tenemos la oportunidad de jugar en el Estadio, en una cancha en perfecto estado y compartir con otras personas de otros municipios, además la integración del grupo, hemos estado bastante unidos y sobre todo los valores que en la copa se han dado a conocer.

¿Qué valores destaca usted que se inculcaron en esta Copa?

Valores como el respeto porque en ninguna ocasión se vieron peleas, insultos, la unión de todos los municipios, el querer conocer un poco de estos. Lo que más resalto en la Copa es la unión de los grupos.

Luis Miguel Giraldo (Cocorná)
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Gracias a todos los que hicieron posible este torneo, todos sabemos que somos una población del Oriente que hemos sido muy afectados por la violencia y estas son las cosas que nos ayudan a salir adelante.

No pensamos en los resultados, nos sabemos cuántos ganamos, cuantos perdimos, eso no nos importa, lo importante es lo que queda de más, la integración de todos, conocimos buenos amigos, y más que amigos somos hermanos porque nos sentimos identificados con el Oriente porque todos vivimos lo mismo.

¿Personalmente, que fue lo que más le gustó de esta cita deportiva?

La integración de todos los equipos, no nos sentimos rivales ni siquiera en la cancha, solo buscábamos terminar un partido de futbol, y afuera seguimos siendo amigos, dormíamos en la misma finca, todos molestamos como jóvenes que somos, todos nos sentíamos bien, todos nos apoyábamos, eso es lo más bonito que me pareció del torneo.

Cristian Peláez (Portero Cocorná)






Copa Gobernación de Antioquia – Prodepaz: “una gran oportunidad”

Ahí están la mayoría de los jugadores campesinos de Nariño, sentados en las graderías del estadio Alberto Grisales de Rionegro como una gran familia, concentrados, emocionados viendo el compromiso que en el momento se juega.
En sus “huyyy” cuando hay una jugada emocionante se evidencia como disfrutan del partido, y en sus ojos se refleja la alegría de saber que son protagonistas del Copa Gobernación de Antioquia – Prodepaz que se realizó en Rionegro y que brindó la oportunidad para que muchos de los jovencitos participantes visitaran por primera vez un estadio de fútbol o dejaran por un momento sus trabajos para dedicarse al deporte y a compartir con otras personas.
Abraham Betancur, Darwin Hernández, y Nicolás Rivera, son tres de ellos, a excepción de Nicolás quien sólo se demora hora y media, tienen que recorrer algo más de tres horas de camino de herradura o carretera destapada desde las veredas donde viven hasta el casco urbano de Nariño para poder entrenar con el equipo de fútbol.
A a sus veredas no pueden llegar los carros o si pueden sólo lo hacen los sábados dado la poca gente que vive en los sectores, entonces no tienen otras opciones que ir a entrenar subidos en una bestia o caminando, algo que les es muy fatigoso porque llegan e inmediatamente tienen que comenzar con los entrenamientos.
Precisamente así les tocó la última semana de preparación para participar en este torneo, cuando llegaban y comenzaban a entrenar, al momento “estaban que ya no podían” como cuenta Darwin, sin embargo lo hacían con todo el entusiasmo porque esta era “una oportunidad que no podían desaprovechar” como coinciden estos tres jovencitos.
Ninguno conocía un estadio, igualmente era la primera vez que pisaban una cancha sintética, oportunidad que les llena de gran satisfacción y de orgullo a estos tres jóvenes campesinos quienes se ganan la vida trabajando en cultivos de caña, café y en potreros llenos de ganado, según cuentan.
Saben que muchos de sus compañeros quienes no pudieron venir u otros de los tantos jóvenes que viven en Nariño, no han podido hacerlo, sin embargo, ellos lograron no sólo visitar un estadio sino ser protagonistas, pero no como simples espectadores, tuvieron la “gran oportunidad” como constantemente lo dicen con emoción “de ser los protagonistas desde el terreno de fuego” y en representación de su municipio, considerado como del lejano Oriente antioqueño.

Cuando la fuerza del deporte arrasa con el miedo de la violencia

Rodrigo es una de las tantas personas que ha dedicado un buen tiempo de su vida a la promoción del deporte en la zona páramo del Oriente antioqueño, sin embargo, su trabajo no ha sido nada fácil, en el camino se han presentado obstáculos que, sin embargo, ha superado y hoy ocupa el banquillo como estratega de uno de los equipos de esta zona que participa en la Copa Gobernación de Antioquia – Prodepaz.

Con la humildad que refleja su mirada, cuenta como hacia el año 2002 era uno de los promotores de los torneos veredales en el municipio, antes tenían que pedir permiso al comandante guerrillero de la zona para que les permitiera al comité organizador realizar el evento. Cuando llegaban,( en compañía de algún líder de la vereda sede del evento, porque no podían llegar solos) la guerrilla los reunía en los corredores de la escuela tanto a organizadores como participantes para dar su discurso subversivo en contra de la alcaldía y el Estado.

Ellos sólo se limitaban a escuchar y a acceder a las peticiones de los milicianos porque “llevarles la contraria era delicado”, dice Rodrigo a quién en un momento le llegaron a dar cartillas con publicidad subversiva para que junto a su compañero, repartieran en el pueblo, sin embargo, por miedo a que alguien los viera con ese material, entonces mejor las tiraban al rio en su camino de vuelta a casa.

En otras ocasiones la guerrilla les pedían uniformes deportivos, uno de arquero y nueve para jugadores, nunca supieron por qué o para qué, pues nunca llegaron a participar en los torneos, ellos sólo se los llevaban y nada más. Ya en los eventos deportivos de un momento a otro llegaban los subversivos, veían los partidos y cuando caía la tarde desaparecían repentinamente así como llegaban.

Estos hechos y los comentarios de las acciones guerrilleras en otras parte del país, lo llenaban de pánico a él y a su mamá, sin embargo era la única posibilidad de empleo con el que contaba en el municipio, y por eso lo hacía tomando las respectivas precauciones para que no le pasara nada, precauciones que aún toma, hoy que recuerda los hechos, y por eso no quiso que mencionara su nombre ni su municipio dado al reconocimiento que allí tiene.

No obstante y afortunadamente para él nunca le llegó a suceder nada que tuviera que lamentar, sólo en una ocasión y ya cuando el Ejercito llegó a controlar la zona, quedaron en medio del juego cruzado en una de las escuelas, entonces tuvieron que tirarse debajo de las mesas y sacar una bandera blanca para que los actores armados conocieran la presencia de civiles en el sector.

Cuando el Ejército retomó por completo el control del pueblo, no terminaron sus percances, entonces fue acusado por un soldado de ser uno de los subversivos, “me decía: milicianito, donde están la miliciana mayor y el otro miliciano” haciendo referencia a su esposa y a un primo de ella a quienes siempre el soldado insultaba y cuando se le presentaba la oportunidad, sin embargo la situación no pasó a mayores acudió con el “duro” del grupo del Ejército que estaba en el municipio para que corrigiera la conducta injustificada de su subalterno

Afortunadamente todas estas situaciones mejoraron, ahora que las fuerzas del Estado tienen por completo el control del municipio y sus veredas, ha podido continuar promocionando con tranquilidad su gran pasión: el futbol.

Actualmente organiza cuatro zonales en el campo y uno en el pueblo para equipos tanto urbanos como rurales, y así con su trabajo por el fomento del deporte aporta al desarrollo del Oriente antioqueño, slogan que caracterizó a la Copa Gobernación de Antioquia – Prodepaz que le brindó la oportunidad al profe Rodrigo y a sus muchachos para integrarse con personas de otros municipios y demostrar el sacrificado y el buen trabajo que viene haciendo por el deporte en la zona páramo de la subregión Oriente.

“Papá, le juro que cuando crezca voy a tomar venganza”

Al escuchar su historia, pareciera que en un momento de la vida de Jhon y su familia, el inmenso territorio del Oriente antioqueño se hubiera negado a brindarles un lugar donde acogerlos. John, cuyo nombre he cambiado a su solicitud, es uno de los participantes de la Copa Gobernación de Antioquia – Prodepaz que se disputa en Rionegro.

Viste la camiseta azul clara del representativo de Cocorná, sin embargo, y de no ser porque hace parte de los tantos desplazados por la violencia que se han presentado en nuestro país, en este torneo tal vez estuviera vistiendo la rojiblanca del equipo de Sonsón.

Su historia comenzó en La Danta (corregimiento de Sonsón) de allí, y en compañía de su familia, tuvieron que salir con lo que apenas tenían puesto, a causa de la presencia paramilitar que afectó a la zona en el 2004.

Recuerda que para la época, salía a cargar agua hasta un cerro donde tenía el campamento “esa gente”, luego de que pasadas las 9 de la mañana llegaban a buscarlo a él, a su hermano y a cuanto joven y “pelao” encontraban en las casas del corregimiento para que entonces fueron sus abastecedores del vital líquido.

Siempre lo hacían, excepto cuando su padre les negó el permiso para hacerlo, entonces su papá fue víctima del macabro castigo que los paramilitares incorporaron para quienes se negaban a sus peticiones: los metían a un hueco de aproximadamente tres metros de profundidad, en el que, además, había una boa, y entonces les tiraban agua todo el día.

En La Danta comenzó a correr el rumor de que se llevarían a todos los jóvenes para hacer parte de las filas de los paramilitares, ante esto, decidieron salir del corregimiento y llegaron a la vereda Pocitos de San Luis. Allí, nuevamente grupos armados los hicieron salir de la finca, entonces se trasladaron a vivir cerca a la Autopista Medellín – Bogotá en jurisdicción de este mismo municipio.

En su nueva casa la situación fue muy difícil, extendían costales y ponían la ropa para dormir sobre ella debido a que no tenían camas, así vivieron durante aproximadamente nueve meses hasta que hombres encapuchados de un momento a otro llegaron a donde vivían y nuevamente los hicieron vivir el martirio del desplazamiento.

Ante esto, un tío de John los invitó a Cocorná, pero tenían temor de aceptar porque este municipio también fue en su momento considerado como zona roja, sin embargo decidieron irse, allí les regalaron camas, colchones y ropa cuando algunas personas vecinas de su nuevo domicilio, se enteraron de los padecimientos de la familia.

El equipo de fútbol del que hoy hace parte desde el 2009, se convirtió en un gran apoyo desde el principio. Cuando el entrenador tuvo conocimiento de su historia le llevaba mercados a donde hoy vive, en una casa donde pagan arriendo, y además, el apoyo moral que ha recibido de sus compañeros se ha convertido también en un aliciente para salir adelante.

“Papá, le juro que cuando crezca voy a tomar venganza” decía John al ver el sufrimiento de su familia en la época en que vivieron el desplazamiento forzado, mientras su mamá lloraba al escucharlo; hoy, sentado en una de las graderías del Estadio Alberto Grisales de Rionegro, dice que el deporte y el colegio le han enseñado que ese sentimiento ya no vale la pena, porque eso “no trae nada bueno”.

Ahora sólo quiere terminar de estudiar, trabaja dos días a la semana alambrando en fincas con su papá y de esta manera se ayuda con los gastos del colegio y colabora con algo para su casa, colaboración que espera aumente después de que termine el bachillerato, entonces anhela encontrar un trabajo estable que le permita ayudarle a su papá a construir su propia casa para aprovechar que salieron favorecidos con un subsidio del Gobierno.

Ademas, dedica su tiempo a jugar fútbol, una de sus grandes pasiones, y a pesar de su timidez, ríe constantemente y “recocha” con sus compañeros del equipo sub 21 de Cocorná entre los cuales goza de una gran cariño y aceptación.

martes, 10 de mayo de 2011

EL FÚTBOL COMO UNA OPCIÓN DE VIDA

“Pertenecer a una Escuela de fútbol del Oriente ha sido una experiencia muy agradable. He conocido lugares nuevos y tengo excelentes profesores, el compañerismo en el equipo es fundamental. Somos como una familia”

EL FÚTBOL COMO UNA OPCIÓN DE VIDA

Por Jennifer Restrepo De La Pava
Para Sebastián Berrío Restrepo el día empieza a las 5 a.m. Un baño, el desayuno y a estudiar. Esta en 11, en el colegio San Vicente de Paul de Medellín. Pero no solo va al San Vicente a estudiar, allí también trabaja.
Su vida y su casa están en el barrio Robledo El Diamante de Medellín, pero su pasión, el fútbol, la vive en el oriente el Oriente Antioqueño. Después de jugar en algunos clubes de Medellín y participar en la Pony Fútbol, tuvo la oportunidad de pertenecer a la Escuela de Fútbol RISAS, en Rionegro y ahora de participar en la Copa Gobernación de Antioquia – Prodepaz Sub – 21, realizada en el municipio de Rionegro.
Sebastián, vende dulces a sus compañeros de clase para viajar a los entrenamientos en Rionegro. “Como vivo en Medellín, para mí es muy difícil conseguir pasajes para cada ocho días. Mi mamá es madre soltera, y me ayuda mucho, pero vendo confites en el colegio para ir a entrenar. Mis compañeros de clase me colaboran así no tenga confites, ellos saben que es para el fútbol y me apoyan.”
En el fútbol, el trabajo en equipo es indispensable para alcanzar la victoria; en la Copa Gobernación de Antioquia – Prodepaz Sub -21, encontramos un equipo que trabaja unido dentro y fuera del campo de juego.
Daniel pertenece al equipo Alcaldía de Rionegro, que se coronó como Sub Campeón de la Copa. Su equipo, siempre dispuesto a ayudarlo. “Cuando no tengo plata para ir a entrenar, llamo a los profes y ellos me entienden, a veces, ellos me dan la plata de los pasajes y los muchachos también me han ayudado mucho. Todos somos como una familia”.
Y aunque vende dulces, Sebastián dice que vive del fútbol. “El deporte ha sido fundamental para crecer como persona, lo mantiene a uno alejado de las drogas y de las armas, el fútbol al ser un deporte de contacto me ha enseñado muchos valores, como el de respeto por mis rivales y compañeros”.
Sebastián tiene un estilo de vida sencillo. Dulces, un uniforme, unos guayos y un balón son las cosas que siempre lo acompañan. Quiere seguir con su carrera universitaria sin dejar de lado el fútbol. Espera convertirse en un Abogado y espera que todos los niños y jóvenes que están en malos pasos; se den cuenta de que “no van por buen camino, que deben intentar otras cosas como el estudio o el deporte. Algo que les traiga beneficios y no perjuicios”

Un sueño que se cumple con esfuerzo y disciplina

Por: Esteban


Para muchos niños su sueño es ser jugador profesional de fútbol, y uno de esos niños con esta meta por cumplir era Jose Andrés López del municipio de Sonsón. Él a los seis años de edad ya tenia claro que con esta profesión quería ganarse la vida, desde entonces se preparaba cada día para poder lograr su objetivo siguiendo los pasos del Totono Grisales jugador a quien más admira.
Jose intercalaba sus estudios con el fútbol, pero tenía muchos problemas con su madre porque ella le recalcaba que lo primero era el estudio, a él le gustaba muy poquito esta idea, tanto así que a veces se volaba de clases para poder ir a jugar fútbol ya que el balón era lo primero en su vida.
Todo su esfuerzo y preparación en este deporte comenzó a dar sus primeros frutos a sus 12 años cuando tuvo la posibilidad las eliminatorias del torneo Pony Fútbol con el seleccionado de su municipio jugando como defensor central; en esta fase perdieron la final con Rionegro, el equipo más fuertes de la región, pero ahí no terminaba su sueño pues en este torneo lo vio un entrenador quien lo llevo junto a uno de sus amigos a reforzar el equipo de Yarumal para la final de este torneo en la ciudad de Medellín en el año 2004.
En este torneo saldría como uno de los jugadores más destacados del certamen, y esto le daría más fuerza para seguir luchando para realizar su sueño de ser jugador profesional. De regreso a su tierra natal continuaría con sus entrenamientos, cuando terminó su bachillerato dio el primer gran paso que cada vez más lo acercaba a su meta; en esta ocasión no sería muy lejos de casa, pues en el oriente antioqueño estuvo entrenando con el Deportivo Rionegro, equipo de la primera B del fútbol colombiano. Su paso por este conjunto fue fugaz ya que con ellos solo estuvo en una pretemporada.
Su salida de esta escuadra se presentó cuando Ramón Sendoya, uno de los profesores del club Itagüí Ditaires lo invitó a hacer parte de su equipo. Jose aceptó la invitación, pasó las pruebas que le realizaron antes de su ingreso y en la actualidad sus derechos deportivos pertenecen a esta institución.
Desde el 2008 hace parte del Itagüí Ditaires, aún con el sueño que iluminaba su infancia intacto pero ya más cerca de lograrlo y no como defensor central, pues su llegada a este equipo cambiaria su posición dentro del terreno de juego, ahora a probado de volante de contención y lateral izquierdo; mientras sigue esperando su soñado debut como jugador profesional.

Un contraste de felicidad y tristeza

Por: Esteban

Desde hace muchos años la violencia a sido un factor demoledor en la vida de muchos colombianos, los niños no son la excepción; y para mostrar los estragos dejados por este fenómeno nos centramos en un pequeño rincón del oriente antioqueño, el municipio de San Carlos, allí un pequeño niño vive entre sueños y alegrías pateando un balón con sus dos mejores amigos.
Esta es la historia de Daniel Usme, delantero del seleccionado de San Carlos, quienes sus amigos conocen como Tomate desde sus días de escuela. Por esos días de infancia disfrutaba jugar al fútbol con sus amigos, pero también le gustaba compartir mucho con su padre quien era empleado de EADE y lo llevaba en muchas ocasiones a conocer los pueblos del oriente debido a su trabajo.
Daniel poco se imaginaba que esta felicidad que el sentía poco a poco le iba a ir cambiando. Un día su madre le dio la noticia de que su padre regresaría de su largo viaje, y él feliz esperando la llegada de su padre salió a jugar con sus amigos a una cancha cercana sin pensar que el reencuentro con su padre no se podría dar, pues esa misma tarde pocos minutos después llegó su mamá con la mala noticia de que su padre había sido asesinado entre El Santuario y Granada.
Debido a este acontecimiento Daniel y su familia se vieron en la obligación de desplazarse hacia la ciudad de Medellín hace siete años con el fin de buscar un mejor futuro para todos ellos. De esta forma Tomate dejaba atrás sus amigos, su equipo y la tierra que lo vio nacer; aunque una tristeza inmensa inundaba su cuerpo, él soñaba con el día en que se volvería a encontrar con todos sus amigos.
Pasado el tiempo Tomate al igual que su familia siguen viviendo en la ciudad de Medellín, pero cada que tienen la posibilidad de visitar su tierra natal, Daniel aprovecha para reunirse con sus amigos y revivir los viejos tiempos jugando con ellos en la cancha de su infancia. Y no todo queda ahí, pues Daniel nunca se ha olvidado de su padre ni de su pasión por el fútbol, tanto así que ha presentado pruebas en varias ocasiones en el Deportivo Rionegro, ahora solo espera recuperarse de una molestia en su rodilla para volver a intentarlo nuevamente.

Entre letras y deportes

Por: Esteban
Después de una fría noche y con los primeros rayos del sol asomándose tímidamente sobre el municipio de Rionegro, comienzan a desfilar por los alrededores del nuevo coliseo las diferentes delegaciones participantes de la Copa Gobernación de Antioquia Prodepaz de fútbol sub 21. A eso de las 9:00 a.m. van entrando uno por uno al lugar asignado para la charla que se les tenía preparada.
Lo que nunca se imaginaron fue que esta no era una charla en la que simplemente se sentarían a escuchar hablar a alguien por dos horas; para entrar con ellos en confianza se hablaba en terminología futbolística, además en esta ocasión ellos hacían parte activa de este taller, pues este taller literario no solo se les invitaba a hacer magia con el balón, también a hacer magia con su creatividad para escribir y contar historias.
Y como decían varios de los asistentes a esta actividad, es que les sirvió para compartir con los demás participantes y conocer nuevas facetas en sus vidas, además que era una charla diferente e ilustrativa que servía para engrandecer los valores de los jóvenes como lo expresaba el técnico del seleccionado de Sonsón.
Entre chascarrillos, risas y comentarios, cada uno de los participantes seguían escribiendo y puliendo las ultimas líneas de esa historia escrita en 90 minutos, lo que dura un partido de fútbol, en el tiempo extra para ir terminando esta actividad se escucha una historia que refleja la realidad que ha vivido el país y muchos de los municipios aquí representados.
Ahora sí terminada la charla, cada uno se levanta lentamente de su silla, comparten algunas palabras entre compañeros y con una sonrisa en sus rostros por la experiencia vivida en este taller, hacen una pequeña fila para reclamar sus refrigerios para luego prepararse y entrar en concentración para lo que se les viene luego, llenar de magia el estadio de Rionegro.

Construyendo Sueños

Por David Metaute
demetaute@gmail.com
Apoyado por su mamá, Mauricio Quintero cree que puede ser uno de los mejores jugadores de Colombia. Este joven de 19 años de edad y oriundo del municipio de San Carlos es un trabajador incansable. Tuvo una infancia marcada por la difícil situación de su Localidad, y más aún, cuando creció sin el apoyo de su padre. “si hoy me dicen quien es mi papá lo voy a ver como una persona normal, porque fue mi mamá la que cumplió con todos los papeles en el hogar”, es lo que dice Mauricio cuando se le pregunta por su progenitor.
Mauricio vivió su infancia en barrio la Zulia, ubicado a las afueras del casco urbano del municipio y el cual debió abandonar para mantenerse con vida. La muerte de su primo en manos de los grupos armados motivó el desplazamiento de su familia al centro de San Carlos, con la intención de refugiarse de las balas. “ver matar a una persona es algo que traumatiza, eso nos pasó a los habitantes de San Carlos”, comentó Mauricio al recordar el pasado de su pueblo
Luego de terminar sus estudios en la Institución Educativa Joaquín Cárdenas Gómez, Mauricio se dedicó al trabajo de la construcción, mediante el cual ayuda con los gastos de su casa y puede costearse sus implementos deportivos. “El obstáculo más grande que tienen los jóvenes es la falta de dinero”, esto piensa Mauricio quien vive agradecido con un primo suyo que siempre le ayuda a su familia.
Todos tenemos un ídolo, una persona que admiramos y quisiéramos lograr lo que ellos hicieron. Luis Carlos Arias, es un personaje de fascinate según el mismo Mauricio. Es tal la admiración que siente por el ex delantero del Independiente Medellín, que utilizó su historia de vida en el taller de literatura de la Copa Gobernación de Antioquia – Prodepaz de Fútbol Sub 21, porque según Mauricio “Arias es un ejemplo a seguir”, como tituló en su cuento: un “luchador”.
El fútbol es lo más importante en la vida Mauricio, tanto que se negó a Estudiar en España de cuenta de su tía, solo por ir detrás del sueño de su vida, Jugar fútbol profesional.

Historias del fútbol para la paz






Son 500 historias de vida las que hay detrás del balón en cada jugador de la Copa Gobernación de Antioquia - Prodepaz de Fútbol sub - 21 "Deporte para el Desarrollo del Oriente Antioqueño". Alegrías, sufrimientos, problemáticas, dificultades, sacrificios, esperanza y sueños mezclados en jóvenes que se constituyen en el futuro de la región del Oriente Antioqueño. En cada jugada se pinceló una historia que retrata la realidad de nuestros jóvenes de Argelia, Nariño, Sonsón, San Carlos, Granada, Cocorná y Rionegro. A continuación Historias a la Redonda, plasmadas también por jóvenes que al margen de la cancha se suman para construir región.