miércoles, 28 de diciembre de 2022

Winston, un galeno del balón

 El Dr. Winston Tobón Ochoa es un hombre de la medicina. Igualmente, es un constructor de país con el balón de futbol. La versión 38 de Festival Babyfutbol Colanta, en la rama masculina, y la 11 de la rama femenina, llevarán su nombre, en un homenaje que le hace la Corporación Los Paisitas de la que es uno de sus fundadores. Su historia de vida. 

Por: Roosevelt Castro B.- Periodista ACORD Antioquia

En el galeno Winston Tobón Ochoa, la combinación de fútbol y medicina deportiva se convirtieron en dos pasiones.  El hijo de Alfonso, un químico farmacéutico, entendió desde pequeño, que lo suyo era dedicarse a la pelota,  al quirófano y la cura deportiva.

Nacido en Medellín, el 4 de diciembre de 1948, el pequeño niño tuvo que entender que su nombre de pila no era tan común, como sus otros congéneres y amigos del barrio La América, de Medellín, lugar donde transcurrió su infancia y adolescencia.

“Mi padre me puso el nombre de Winston en homenaje al político inglés Winston Churchill. Lo hizo porque a él lo metieron a la cárcel, en un caso de homonimia y no quiso que sus hijos tuvieran nombres comunes”, evocó el médico deportologo de la Universidad de Antioquia.

Las canchas de barrio Cristóbal, La Floresta, Santa Lucia, San Javier, ubicadas al occidente de la capital antioqueña, lo vieron dar rienda suelta a su amor por la pelota, en el puesto de defensa central. “Era torpe, fuerte, temperamental y muy limitado para jugar. Eso me llevó a pertenecer a los equipos del barrio.   Recuerdo a mi primer equipo llamado Millonarios, con Lorenzo (no recuerda su apellido). Luego ingresé a DIM-Vicuña dirigido por Humberto “Turrón” Álvarez y Francisco Hormazábal, siendo compañero del equipo Hugo Gallego y teniendo a rivales como Francisco Maturana, entre otros. Aunque nunca quise ser futbolista”, recuerda este hombre del fútbol y la medicina.

Una decisión crucial lo llevó a optar por sus estudios superiores en la Universidad de Antioquia. “En 1968, opté por mi formación profesional como médico y dejé el fútbol competitivo y lo empecé a hacer de manera recreativa”, rememora el estudiante de los colegios Salazar y Herrera, Calasanz y la Institución Educativa Marco Fidel Suárez.

Esta decisión no lo amilanó.   Con Antonio Roldán Betancur (qepd), exgobernador de Antioquia, fundó el comité de deportes de la Facultad de Medicina del Alma Mater. “Allí fungíamos como jugadores, técnicos y unos toderos.  Con Antonio creamos también  el Comité de Deportes y con el equipo logramos varios títulos, teniendo como archirrivales a los de odontología, con quienes jugaban Francisco Maturana”, rememora el graduado de Medicina en 1972.

En el año de su graduación, se ganó con Gloria Lucia Carmona. “Ella era prima hermana de un compañero mío de estudios. Nos conocimos y nos casamos en 1972”, comenta el padre de cuatro hijos en el cincuentenario de su enlace matrimonial. 

Concordia, para seguir en la senda de la redonda y la medicina

El municipio antioqueño de Concordia, ubicado en la subregión del Suroeste ya 95 kilómetros de Medellín, vio llegar al galeno antioqueño. En la tierra de los escritores y artistas José Antonio “Ñito” Restrepo y de Manuel Salvador “Salvo” Ruiz e igualmente de la política paisa Regina Betancourt de Liska, mas conocida como Regina 11, recaló el médico para hacer su año rural. “Allí llegué en 1972. Las opciones deportivas eran muy escasas y por eso, en compañía de unos amigos, construimos la primera cancha en una explicación que le hicimos a esa agreste montaña. También fundamos el comité de deportes y vimos la necesidad de recuperar físicamente a muchas lesiones deportivas, con la ortopedia. Esto me animó a realizar una especialización en esta rama de la medicina que comenzó en 1975 y que terminó cuatro años después, en la U de A”,

Disintiendo de diagnósticos mal formulados de sus colegas e igualmente en muchos desacuerdos con ellos, el médico Winston Tobón entendió su propósito en su vida profesional: ser un médico al servicio del deporte.

“Yo no entendía como muchos de mis colegas dijeron que, por un desgarro musculoso, un futbolista se debía retirar del fútbol. Eso me inquietaba mucho”, comenta con un dejo de nostalgia el medico deportologo al servicio de Indeportes Antioquia en su momento.

Pero es un gran reto profesional el que asume Tobón Ochoa para refrendar que lo suyo era la medicina deportiva. “Un día me trajeron a Gustavo López, jugador en ese entonces del Atlético Nacional.   Yo trababa en Indeportes Antioquia, al que me había llevado mi gran amigo Hernán Darío Salazar.   A Gustavo lo evalué y luego lo operé, con la convicción de reintegrarlo a la sociedad sin impedimentos físicos. Me salió tanto su recuperación, que no solo volvió a su vida ordinaria, sino que se incorporó a la plantilla profesional del Deportivo Pereira, con la que jugó muchos partidos”, recuerda el médico deportologo quien hizo parte del equipo interdisciplinario de Antioquia que ganó los Juegos Nacionales en Neiva 89 y que los refrendó en Villavicencio cuatro años después. 

Dirigente y médico: Vidas paralelas

Simultáneamente a su vida como profesional en la medicina fungía como dirigente. Era el año de 1978, cuando el galeno paisa fue invitado a hacer parte del Comité Ejecutivo de la Liga Antioqueña de Fútbol. “El Dr. Antonio Mesa Escobar me extendió la invitación para hacer parte del grupo de dignatarios de la Liga para el periodo de 1978 a 1982. No lo pensé mucho y acepté.  Fueron años de muchos aprendizajes, pero también de muchas desavenencias con Arturo Bustamante. Yo le proponía unas ideas revolucionarias, pero él no las tenía en cuenta”, rememora el galeno y esposo amoroso de Gloria Lucia Carmona.

Ya tenia un nombre de respeto en estos menesteres de la medicina deportiva y por ello no se le dificultó llegar al profesionalismo.  Atlético Nacional le brindó la posibilidad de ejercer su profesión, gracias a la recomendación de su colega Hernán Dario Salazar y a la amistad con Francisco Maturana, a quien había operado exitosamente de ligamentos, en el año de 1981.

“Con Pacho ejerce una rivalidad sana, desde nuestros enfrentamientos en la Facultad de Medicina en la Universidad de Antioquia. Yo jugaba con los que estudiábamos medicina y él lo hacía con los odontólogos. Un día llegó a mi consultorio cuando jugaba con el Bucaramanga. Traía una lesión de ligamentos y me dijo que lo operara. Al principio me dio un poco de temor, pero él lo disipó con una confianza absoluta en mis conocimientos. Así lo hicimos ya los tres meses ya estaba jugando”, comenta con nostalgia uno de los socios fundadores de la Corporación Los Paisitas, en junio de 1984.

Fue el inicio de una gran racha de exitos quirúrgicos del galeno paisa.   La seguidilla del paso por el bisturí de Tobón continuó con la de Hernán Dario Herrera. El buen volante de Nacional volvió a jugar de una lesión de ligamentos en ambas rodillas. “Eso fue en 1983, cuando, a pesar del profesor Luis Cubillas, se excedió operar a Herrera y gracias a Dios salió exitoso, como otras con muchos deportistas del Antioquia”, expresa el padre de cuatro hijo y médico mundialista de la selección Colombia Juvenil en Paraguay 1985.

Seis años después del paso por el bisturí del talentoso caldeño, otro gran reto médico tiene Winston Tobón: Luis Fernando “El Chonto” Herrera sufre la ruptura del tendón rotuliano.   El lateral verdolaga no lo podía creer. Pensó que su vida deportiva llegaría a su fin. El caso se tornó delicado, pues era una cirugía que no se había realizado a ningún futbolista. Las manos milagrosas de Tobón Ochoa hicieron lo que muchos creían imposible.   “Utilicé un tendón sintético y el jugador está bien”, diagnosticó en su momento el galeno antioqueño.

Rueda el balón de los sueños infantiles

En ese mismo año de la operación de “El Arriero” Herrera, contribuye la reestructuración de las divisiones inferiores del Club Atlético Nacional: fue el puntapié inicial a creación del Torneo Babyfutbol.

“En 1983 realizamos el lanzamiento en la Casa Linares de las Divisiones Menores del Atlético Nacional, con la anuencia del profesor Luis Cubillas.   Estaba de dirigente de estas Divisiones Gilberto Molina y a un hijo de él lo disfrazamos de paisita, como emblema de los equipos. Lastimosamente Cubillas no estuvo mucho tiempo con nosotros, por ello un año después, y cuando asistíamos a los diferentes partidos que se programaban en la cancha Marte nos reunimos con un grupo de amigos entre los que se contaban Antonio Franco, Julio César Acosta, Julio Vélez, entre otros. Veíamos, con preocupación, que los niños no tenían un buen escenario deportivo y nos surgió la idea de que hiciéramos un Torneo y quisimos rescatar el Babyfutbol que realizaba el periodista Guillermo Hinestroza Isaza, pionero con este gran aporte. Inicialmente lo queríamos hacer en el Coliseo, como él lo hacía, pero optamos por hacer con cancha de grama y con 11 jugadores”, recuerda el médico de las selecciones Colombia Mayores desde 1987 hasta el 2002.

Así le dan el puntapié inicial a la Corporación Babyfutbol Los Paisitas, con una fecha de fundación del 14 de junio de 1984 y organizando el primer Torneo en el mes de enero de 1985.

La grama de lanzamientos del Estadio de Atletismo Alfonso Galvis Duque, de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot, fue testigo mudo de los primeros goles y gambetas infantiles de 16 equipos invitados. Al final, el campeón fue el equipo La Floresta orientado por Francisco Maturana García quien venció a su vecino de Santa Lucia por lanzamientos desde el punto penal, luego del empate a cero goles en el tiempo reglamentario y bajo la dirección arbitral de Armando Pérez Hoyos.

Figuras como el volante Óscar “El Chico” Restrepo, del barrio El salvador”; el delantero Jaime Ospina, de San Javier y los laterales Martín Vélez y César Tabares; fueron los primeros en escribir el ABC de la historia deportiva hacia el balompié rentado del país.

De eso han transcurrido 38 años y los nombres aumentanon. Nombres como los arqueros Daniel Vélez (qepd), Jaime Brand Gómez, David González y David Ospina; los defensores Miller Duran, Rafael Vásquez, Amaranto Perea, Francisco “Mi Yuca” Mosquera, Roberto Carlos Cortés, Jamell Ramos, Vladimir Marín, José Julián de La Cuesta, César Fawcett, Lewis Ochoa, Camilo Zúñiga y Camilo Ceballos; los volantes Juan Carlos Ramírez, John Wilson Raigosa, Juan Guillermo Villa (qepd), Gerardo Bedoya, James Rodríguez, Juan Fernando Leal, Camilo Giraldo, Mauricio “Mao” Molina, Alexander “El Conejo” Jaramillo, Jhonatan Estrada, Héctor Alejandro Vasco, Jhonny Ramírez, Jaime Castrillón, Giovanny Moreno, Sebastián Hernández, Juan Esteban Ortiz, Jairo Palomino y los delanteros Alexander Padilla, Wilmar Moreno, Diego Serna Lopera, Eudalio Arriaga, 

Mini olimpiadas para el recambio deportivo

 Pero no solo es el fútbol masculino, también otras disciplinas deportivas han ayudado al recambio y la reserva deportiva del país.

El fútbol femenino es otra de las disciplinas deportivas que le ha dado ese giro copernicano al musculo colombiano.

Figuras como Linda Caycedo, Ana María Guzmán, Gabriel “Gaby” Rodríguez, Karla Daniela Viancha, Oriana Quintero, entre otras, han mostrado sus bondades con la pelota en las canchas del Festival Bayfutbol de la rama femenina.

Ahora, y en 19 disciplinas deportivas, tres de ellas incorporadas en la versión 11 del Festival de Festivales, y en 18 escenarios, la Corporación Deportiva Los Paisitas sigue contribuyendo a ese “Deporte con sentido social”, como lo expresan en su lema institucional.

Con cerca de 6.500 niños y niñas deportistas del futbol, ​​el baloncesto, el ciclismo, el voleibol, el beisbol, el ajedrez, el atletismo, el bicicross, el fútbol de salón, el judo, la natación, el patinaje, el porrismo, el tenis de mesa, el tenis de campo, y ahora los bolos, el taekwondo y el tiro con arco, la reserva deportiva colombiana está asegurada y la fiesta deportiva se vivirá en Medellín a principios del año entrante.

Todo ello, con el aporte de Winston Tobón Ochoa y su mirada complaciente.

Así, este legado de Tobón Ochoa será reconocido con sus amigos y socios de la Corporación que él ayudó a fundar llamando al Festival Bayfutbol con su nombre, en su versión 38. ¡Gran honor!

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Ver perfil de Winston Tobón en HISTORIAS A LA REDONDA

https://www.youtube.com/watch?v=j0OzKsJZDvc












jueves, 20 de octubre de 2022

De músico, poeta y... Guillermo Hinestroza lo tuvo todo

 Nota de la redacción.  Hoy 20 de octubre se cumplen las 7 décadas de vida institucional de nuestra agremiación periodística. Hoy, un sueño de un loco de atar llamado Guillermo Hinestroza Isaza con otros soñadores, le daban vida a nuestra ACORD. Perfil en homenaje a este loco de atar. Gracias por todo Guillermo.

A manera de epígrafe

Un cáncer de piel, Alzheimer, hematomas por las constantes caídas, desnutrición y lamentables condiciones higiénicas y anímicas en las que vivió sus últimos días en una semicloaca del centro occidente de Medellín, consumieron la vida de Guillermo Hinestroza Isaza.

 A sus 89 años murió en Medellín, el 28 de diciembre de 2011. El otrora arquero estrella del Independiente Santafé, Huracán e Independiente Medellín, fundador en 1937 del equipo que luego se constituyó en el hoy glorioso Atlético Nacional, y hombre de radio, prensa y televisión, vivió en medio de pobreza absoluta acompañado de dos perros que dormían en su misma cama.

Aparte de sus males físicos, la vida del "Tío Memo", el mismo del “Club del Clan” de la televisión, el pintor, poeta, novelista y hasta gurú, corría el peligro de sufrir otra tragedia en su covacha, como un incendio, pues olvidaba cuando prendía la parrilla para cocinar el arroz que lo alimentaría en los próximos cinco días.

El caso demandó una urgente asistencia médica, social y sicológica de sus colegas y de las instituciones deportivas a las cuales dio vida y sirvió, como Atlético Nacional, Independiente Medellín y nuestra Asociación de Colombiana de Periodistas Deportivos, entre otras, amén de la radio y la organización del fútbol aficionado y de menores en Colombia.

Por: Roosevelt Castro B. – Socio ACORD-Antioquia

A Guillermo Hinestroza Isaza, como la canción de Piero, “la edad se le vino encima sin carnaval, ni comparsa”. A sus 89 años, la vida le pasó cobrándole factura de una lesión en la espalda que tuvo al caerse de unas escalas de un segundo piso, en un apartamento que pagaban sus hermanos en el sector de Niquitao con San Juan, en el centro occidente de Medellín. Y si decimos apartamento era calificar en grande ese lugar de habitación de uno de los fundadores del cuadro Atlético Nacional, en los albores de 1937, pues vivió entre los excrementos y los orines de dos perras y una gata, un montón de basuras, una cocina desordenada y una cama desarreglada y sucia.

“Don Guillo”, como lo conocíamos sus amigos, fue un habitante del centro de Medellín, por más de 4 décadas. Primero vivió en Pichincha con Junín, luego en Barbacoas cerca al Parque de Bolívar y por último en esa covacha de Niquitao con San Juan. “Al centro lo recorrí de arriba a abajo y de abajo a arriba. Me gustaba mucho parquebolivariar y juniniar. Ese paseo lo hacía muy asiduamente, pero ahora me es difícil realizarlo”, comentó en su momento, con un dejo de nostalgia.

Con un Alzheimer avanzado en sus últimos años, no recordaba muchas de sus grandes gestas con el fútbol, el periodismo y la farándula criolla. O quizás quiso olvidar de un tajo toda su enorme contribución. Con un cáncer en la piel que lo carcomió, un chichón en su frente, las manos arrugadas y un andar cansino pasó sus últimos días el creador del “baby-futbol” en nuestro país.

Es que este hombre del fútbol, el periodismo, la literatura, la pintura, la docencia y la farándula colombiana encontró en la soledad su mejor amiga. No en vano quiso que su epitafio dijera “aquí murió el pendejo más pendejo que parió la humanidad”. Y no era que hablara con resentimientos, ni con envidias malsanas. Él ya estaba por encima del bien y del mal.

Una rodaja de salchichón, tres cucharadas de arroz, un huevo, un chocolisto caliente y, en la mañana, una arepa eran sus alimentos diarios que preparaba en una vetusta cocineta de dos puestos. “El arroz lo preparo para que me dure 5 días”, aseguraba este octogenario.

¿Quién es “Guillo”?

Allí, en ese pequeño cuarto ubicado en un vetusto edificio de San Juan con Niquitao, Hinestroza Isaza nos relató su cuento deportivo sin entrar en ninguna contradicción y en el cual llevó casi ocho décadas y media de su larga viva dedicado a la actividad muscular en todos los sentidos.

Guillo nació en Rionegro (Antioquia) un 20 de febrero de 1.922. No le gustaba que le recordaran su edad, aunque para los años que tenía poseía una voz y una tonalidad exuberante y fuerte.

Para hablar de Hinestroza Isaza se podía caer en contradicciones. Sí, es que todo en él fue así: Díscolo, cáustico, venenoso, ponzoñoso, pero, a su vez, tierno, comprensivo, amoroso, leal y colaborador como el que más. Es que no fue un hombre de "medias tintas" ya que, a Guillo, se le quería o se le odiaba: no había términos medios en él.

Las risas, los recuerdos y las nostalgias fueron surgiendo, en esa charla amena que sostuvimos con él en noviembre de 2006. El hijo mayor entre 6 hermanos (4 hombres y 2 mujeres) de la familia de Guillermo Hinestroza, un sastre del oriente antioqueño venido a menos por el juego, y Ana Isaza, una hacendosa ama de casa fallecida en 1978, nos contó las vicisitudes que tuvo que pasar para cuidar a sus hermanos. “Nosotros los Hinestroza Isaza llegamos a Medellín muy 'sardinitos'. Yo tenía 8 años, cuando mi papá murió y tuve que coger las riendas de la familia. En el centro de Medellín tuve que vender empanadas, papas rellenas, chorizos, ya que mi papá falleció, víctima del licor, cuando yo tenía 12 años,”, dice el periodista acerca de su niñez.

Como encantador de serpientes sus palabras salían pausadas y en detalle.

Empezó recordando que fue guardameta del equipo Huracán de Medellín, de Santafé, el Deportivo Cali, entre otros.

El señor de los milagros

Es que su vida fue marcada por los “milagros”. Y para no dudarlo: fundador del Atlético Nacional, de Cicrodeportes (Hoy ACORD-Antioquia), creador del Ponyfutbol, “El Club del Clan”, “Chiquilines”. Fue un verdadero “Señor de los milagros”

Atlético Nacional, yo te traje al mundo” (Primer milagro)

Fue fundador de Nacional hace más de media centuria. Su talento parió al Rey de Copas Colombiano, en los albores de 1937.

En la famosa “manga de Don Pepe”, un pequeño potrero ubicado a casi 4 cuadras de la iglesia del Sagrado Corazón, en el Barrio Buenos Aires de Medellín, un grupo de imberbes muchachitos, cuyas edades oscilaban entre los 12 y 15 años, se reunían a jugar su “picadito” de fútbol. Las piedras amontonadas a cierta distancia hacían de porterías. Al “pico y monto” se repartían los favores de los diferentes calidosos de la pelota. Entre ellos sobresalía la figura de “Guillo”. En esa manga en donde hoy, al parecer, funciona la Plaza de Flores nació el Club Atlético Nacional con el nombre de Unión, convirtiéndose en el primer milagro de nuestro invitado.

Luego se fusionaría con la empresa Indulana, para llamarse Unión Indulana y participar en los torneos organizados por la Liga Antioqueña de Futbol.

El 30 de abril de 1947 es registrado con el nombre de Atlético Municipal y luego, en 1950, se cambiaría por el de Atlético Nacional.

Chiquilines, un gol infantil del fútbol formativo (2° milagro)

Igualmente, fue director técnico de equipos fútbol donde realizó un gran elenco que marcó historia en el balompié "paisa": Chiquilines.

De allí, según él, surgieron grandes figuras para el fútbol antioqueño y colombiano. Mario Agudelo (Ex-Deportivo Cali); Héctor "Canocho" Echeverry (Q.E.P.D) (Ex-marcador de punta del D. I. Medellín y la selección Colombia en el mundial de Chile); Manuel Valencia (un centro delantero de gran capacidad técnica); Orlando Maya (hoy médico cirujano), Carlos Campillo (Goleador del DIM y Nacional) y Augusto López Valencia, ex presidente de Bavaria, entre otros.

El Babyfutbol, una cantera del fútbol colombiano (3er. milagro)

También nos habló acerca de la creación del torneo Baby fútbol, convertido tiempo después en el Pony fútbol que organiza la Corporación "Los paisitas".

Cuando el sacerdote jesuita belga Juan Berchmans entra al noviciado de la Compañía de Jesús un 24 de septiembre de 1616, lejos imaginaria que casi 4 siglos y medio después su obra daría grandes frutos como la creación de unas instituciones educativas, en su memoria.

Sí, los Colegios Berchmans diseminados por el mundo cristiano llegaron a Colombia y se insertaron en la dinámica educativa de nuestro país, más exactamente en Cali. Allí llegó un día cualquiera, en la década de los sesenta, Guillermo Hinestroza Isaza, como profesor. Después de muchas experiencias en el fútbol, como la fundación del Atlético Nacional, de jugar en el balompié profesional y la creación del semillero “Chiquilines”, Hinestroza Isaza le propuso al rector la creación de un torneo de minifútbol, para que los chicos se divirtieran en los recreos. Allí nació la semilla de un torneo que años después entraría a la historia de nuestro balompié: el baby fútbol.

No recuerda el primer torneo aquí en Medellín, pero sí le viene a la memoria que tenía reglas muy precisas para que los niños participaran de este evento deportivo. “Una apariencia de edad de 15 años y una estatura aproximada de1 metro y medio. Si no las cumplían no podían jugar", afirmó sin titubeos.

El segundo se realizó en 1967 y tercero en 1973. “Para la cuarta versión, y en 1979, fuimos llamados por el Dr. Hernán Gómez Agudelo, en ese entonces gerente del DIM, para que le organizáramos un Torneo muy similar, ya que el del 73 le dio buenos réditos al Medellín, para su recambio deportivo, pues jugadores como Gustavo Nilsen Zapata, Orlando Pérez, Mauricio Salazar, entre otros, habían surgido en este campeonato jugado en el Coliseo Cubierto Iván de Bedout de Medellín”, evoca Roosevelt Castro Bohórquez.

Por algunos inconvenientes, Gómez Agudelo les quitó la organización a Hinestroza Isaza y a Castro Bohórquez y se los entregó a José María Ramacciotti y al odontólogo Antonio Francio Ruiz, realizándose en enero de 1980.

“A finales de 1983, Guillermo retomó su idea, me invitó y se la ofrecimos a Franco Ruiz. El odontológo nos contestó que no, pues si era por dinero que cobraríamos, no le interesaba. Tiempo después nos enteraríamos que se había reunido con otras personas prestantes de la ciudad, surgiendo la creación de la Corporación Babyfutbol Los Paisitas, quienes organizarían el Torneo, dando su puntapié inicial en 1985 y que hasta ahora lo vienen haciendo con idoneidad, al punto de convertirse en una miniolimpiada infantil que ha contribuido con la reserva y el recambio deportivo del país”, recuerda Castro Bohórquez.

 En el génesis del fútbol femenino

Fue pionero del balompié femenino en nuestro departamento. “Fui el primer novelero que formó en Medellín un equipo de bellas Amazonas. La dicha no duró sino seis meses merced a la airada intervención de la curia metropolitana y mi lógico espanto por aquello de la inquisición y las consiguientes penas de fuego eterno”, fue lo que contó, de forma anecdótica, Guillermo Hinestroza y añadió con un dejo de nostalgia: “ ...¡y lo bien que pateaban esas encantadoras nenas!”

LA ACORD-Antioquia periodismo deportivo que con-vida (4° milagro)

Cuando el 20 de octubre de 1952, 16 periodistas de la ciudad se reunían en la oficina 405 de Foto Repórter del edificio “El Correo”, lejos estaban de imaginar que estaban sembrando la semilla de la crónica deportiva local.

Sí, ese 20 de octubre marcó el inicio de una agremiación periodística, que ha gestado muchos de los procesos de la actividad muscular en el departamento: CICRODEPORTES- Antioquia (hoy ACORD-Antioquia).

Entre los 16 cronistas “gomosos” del deporte se encontraba: Carlos Guillermo Hinestroza Isaza.

Una pelea verbal entre colegas, se dirimió con la creación de la agremiación periodística.

“Yo trabajaba en el periódico El Diario, que era un vespertino que salía de lunes a sábado y que creo que fue el primero en el país que tuvo una página deportiva diaria. Allí yo manejaba y escribía la sección deportiva. En La Defensa, otro periódico de la ciudad, Joaquín Rincón manejaba la información deportiva. No hacia sino tirarme y llegué un día en que le pegué una vaciada. Un día Libardo Ospina, jefe de redacción de La Defensa, me llamó y me dijo que por qué estaban peleando y que en vez de hacerlo hiciéramos una Fundación o una agremiación de periodistas deportivos. Vaya converse con Joaquín y hacen eso. Dicho y hecho. Fui a hablar con él y le propuse que, en vez de pelear, creáramos un Círculo de Periodistas de Antioquia. Igualmente, le propuse a Julián Pérez Medina, quien trabaja como redactor deportivo de El Correo, para empezar con él”, evocó en su momento Guillermo Hinestroza Isaza.

Así nació el Círculo de Cronistas deportivos de Antioquia, Cicrodeportes, hoy llamada ACORD Antioquia, que se ha convertido en la sólida agremiación de periodistas que promueven, divulgan y ayudan a la actividad deportiva en la difusión de sus actividades.

La radio deportiva: Gol de la locura (5| milagro)

Además, fue un hombre de la radio y de la prensa por más de medio siglo. En Caracol, Todelar, Radio Súper, Colmundo Radio y otras emisoras independientes; al igual que los periódicos "El Tiempo", "El Correo”, “El Siglo" y un sin número de revistas, realizó o escribió sus comentarios punzantes y cáusticos, que le ayudaron a difundir su mensaje de fraternidad y, especialmente, de desmitificación de todos los que giran en torno al deporte y específicamente del fútbol.

Sus inicios en el dial colombiano fueron acompañados por Julio Arrastia Bricca (q.e.p.d) y César Giraldo Londoño (q.e.p.d) en el programa “Deportistas, aquí estamos”, pero el programa que más recuerdo y más satisfacciones le trajo fue “Goles y Comentarios”. Lo realizó y lo produjo en diferentes frecuencias antioqueños.

Con su chispa e ingenio aparecieron personajes como “el padre Anacleto y sus letanías”, “La chiflamicas tumbalocas” o las secciones “los tres minutos de escándalo”, “la nueva canción del día”, Las tribunas roja y verde”, todos y todas salidas de la mágica voz de Hinestroza Isaza en su programa diario “Goles y comentarios”.

“Se acabó un día de 1980 cuando el ministerio de comunicaciones me canceló la licencia de locutor porque me dio por hablar del “bolillo” Gómez, hijo del entonces gerente del Deportivo Independiente Medellín, Hernán Gómez Agudelo. Yo le decía “el hijuecutivo” para referirme a él como “el hijo del ejecutivo”. El ministerio malinterpretó el concepto y en la resolución puso que yo lo llamaba “el hijueputivo”. Tiempo después resucitamos este espacio, pero no fue lo mismo cuando lo hicimos con usted Roosevelt y con Gerardo Arias Gallo”.

Carlos Freddy López (q.e.p.d), Luciano González Sequea, Gustavo Osorio son algunas de las figuras del comentario deportivo de nuestro país surgidas de este espacio radial.

El músico a lo Mozart con “El Club del Clan” (6° milagro)


Wolfang Amadeus Mozart fue un genio de la música en el mundo. Hinestroza Isaza no sólo coincide con el gran músico europeo en su genialidad sino en el gusto por las melodías del músico de origen Austriaco.

Asimismo, La música y la canción colombina se vieron beneficiados con otro milagro de la genialidad de Guillermo Hinestroza Isaza, en el programa televisivo “El Club del Clan”. Surgió primero en las ondas de hertz y más adelante se metió en la pantalla chica de nuestro país, para servir de cuna de grandes cantantes y compositores.

Oscar Goleen, Claudia de Colombia, Vicky, Billy Pontoni y Claudia Osuna fueron algunos de los nombres que giraron en las marquesinas del espectáculo colombiano. Se jactó de ser el Juan Bautista artístico de todos ellos.“ Como le parece que llego a la Bogotá a la televisora y hago un programa diario de lunes a sábado de media hora durante tres años “, asevera Hinestroza Isaza.

De la misma forma, dirige y orienta el programa infantil “El Club de Tio Memo”. Con Jorge “el Topolino” Zuluaga /q.e.p.d) realizaban este espacio televisivo para los niños colombianos.

El poeta, el pintor y ... el loco

Por último, indicó cuatro actividades más: la de escritor, pintor, maestro y gurú. Hinestroza Isaza escribió tres novelas: "Los años dorados", "El día que llegó la maldad " y " Regreso del infierno" donde narra muchas de las realidades de nuestro país.

También tuvo sin publicar una serie de cuentos y relatos en los que mostraba, de una manera jocosa y pícara, muchas de las debilidades humanas como la envidia, el orgullo, la vanidad, las ansias de poder, de fama y demás veleidades.

La pintura la llevó en la sangre. Plasmó en el lienzo desde paisajes hasta desnudos. Su temática cambiaba como todo lo del espíritu humano, para dibujar esos retazos de realidad que pasaban por su mente inquieta.

Como maestro en el área de educación física trabajó en el colegio Berchmans de Cali; en el Campestre y la Universidad Libre de Bogotá; Anexa Marco Fidel Suárez de la U de A, Colegio de San José de Medellín.

Además, fue profesor de muchos hombres de la radio deportiva colombiana: Carlos Fredy López (Q.E.P.D), Luciano González Sequea, Iván Mejía Álvarez y muchos más.

Recodó, además, su faceta como gurú en Radio Nutibara de Todelar, llamado “Sueños, Amor y Cosmos”. Lo realizó con Carlos Gaviría, un astrólogo que se hacía llamar “el profesor Carlos”. Así ingresó al mundo de lo esotérico. “Con este programa llovía la plata. Yo me inventé unos medallones, la tarjeta astral, la tarjeta numerológica”. Montaron su oficina, pero un día la conciencia los revolcó y terminó con este negocio que le dio para comprar una casa.

No renunció a seguir sirviendo a la humanidad. “Si me dan la oportunidad les daría, totalmente gratis, unas buenas charlas de hacer un buen periodismo a los jóvenes”, manifestó en su momento sin rencor.

A pesar de la ingratitud, no esperó nada de nadie Es que su espíritu altruista y generoso lo llevó a ese estado de pobreza absoluta, con el que se despidió de este mundo el 28 de diciembre de 2011.

Así, ese día de noviembre de 2006, conocimos que "De músico, poeta y loco, Guillermo Hinestroza lo tuvo todo”.

 https://www.youtube.com/watch?v=YAxgSEOdZkI

 

domingo, 16 de octubre de 2022

El Juzgamiento del fútbol paisa, entre odios y desamores (Reseña histórica)

 Por: Roosevelt Castro Bohórquez

La figura del árbitro de fútbol siempre ha sido criticada. Los chorros de tinta en las diferentes publicaciones, las voces autorizadas en las diferentes emisoras, las imágenes en movimiento desde los canales televisivos y últimamente en la era digital, los muestran como los villanos de la película del balón. Ellos giran entre el odio y el desamor.

Pero no siempre fue así. Es que cuando Guillermo Moreno trajo el primer balón de fútbol a Medellín, nunca llegó a imaginar que un siglo después cambiaría esa lúdica rural en su momento a una industria del sudor profesional con su pelota.  Para el rico comerciante paisa era impensado que también traería unos públicos que en cada partido batirían batallas paradójicas de injustos reclamos por impartir justicia en las canchas o en los modernos estadios, por los diferentes espectadores o por la prensa local que irrumpía con pasos agigantados en las primeras décadas del Siglo XX. 

La figura del árbitro en Medellín emergió con Jorge Herzig. Así lo hace saber el historiador antioqueño Rodrigo de Jesús García Estrada en su “Breve historia del fútbol en Medellín (1914-1948)”.  El joyero y relojero suizo, nacido en St Ennier, vino a Medellín en 1911 contratado por la Casa Bachmman & Cia, pero luego se independizó creando su propia joyeria, La Joya.

Herzig se unió a Juan Heineger para crear el primer equipo en la ciudad, al que llamaron Sporting Foot-Ball Club, un año después de su llegada.  Un contingente de extranjeros, entre los que se contaron ingleses, franceses y suizos, engrosaron las filas de este primigenio onceno futbolero.

 

Para 1913 se fundó el segundo Club de la ciudad. El teniente de la policía Alberto Uribe Piedrahita en compañía de los empresarios Guillermo Greffenstein, Enrique Villa José Luis Restrepo le dieron el puntapié inicial al Medellín Foot-Ball Club.  El equipo fue conformado por muchos jóvenes de la clase alta medellinense, quienes estudiaban en el Colegio de San Ignacio e igualmente algunos policías compañeros del fundador.

La élite antioqueña, enriquecida por los intercambios comerciales del oro y el café con el Viejo Continente o Estados Unidos, encontró en esta expresión deportiva moderna, un espacio para la diversión, abandonando lúdicas rurales que hasta el momento tenían como las cabalgatas, los baños dominicales en las quebradas como la Santa Elena o el mismo Río Medellín, entre otras.

El fútbol fue el primer deporte de conjunto que rompió con ello. Igualmente, ayudando a obras sociales, aupadas por la Sociedad de Mejoras Públicas y en donde la prensa local exaltaba y empezaba a visibilizar este deporte.

Así, los primeros encuentros se jugaron entre estos dos contendores, en la llamada Cancha de Los Belgas. Allí, Herzig fungió como árbitro. El comerciante suizo se había graduado como profesor de la Escuela de Cultura física de Paris era gran conocedor del incipiente reglamento del fútbol, por eso ofició como juez de muchos partidos, según lo cuenta Enrique Echavarría en “Extranjeros en Antioquia”.

La prensa empieza a contar las gestas del balón

Ante la escasez de contendores, el Sporting F.C. realizó la invitación al Club Bartolinos de Bogotá. El onceno capitalino vino con lo más granado de la élite cachaca. Dos años y medio después de su fundación, el periódico local El Colombiano informaba del crucial partido.

Los lingotes de plomo empotrados en la rudimentaria imprenta Chandler daban cuenta de la pomposa visita, como la de Santiago Abadía, hijo de Miguel Abadía Méndez; José María González Concha, sobrino el presidente de República José Vicente Concha y Jorge Isaacs, nieto del escritor de La María, entre otros.

Utilizando anglicismos propios del idioma del país que dio origen al fútbol moderno, el cronista deportivo daba cuenta del empate entre los dos Clubes. Términos como team, Goalkeaper, Referee, goal, entre otros, fueron utilizados para recrear la gesta futbolera vivida en Medellín, bajo la conducción arbitral del inglés Harold Meyerheim, quien había llegado a Medellín en 1900 como representante de la casa ingles Jaffe& Sons Ltda, según lo reseña Enrique Echavarría en su libro “Extranjeros en Medellín” y lo retoma el historiador paisa Rodrigo de Jesús Garcia Estrada en su “Breve historia del fútbol en Medellín 1914- 1948”

Capacitaciones arbitrales

El fútbol había ganado grandes participantes, especialmente desde que Los Jesuitas le dieran la bendición en sus colegios.  Los educandos de la élite antioqueña y colombiana, no solo aprendieron en sus aulas el ABC académico sino también el futbolero.

El padre Zumalabe, rector del Colegio San Ignacio en Medellín, promovió su practica en esta institución educativa. La cantera de jugadores empezó a surgir, dando la posibilidad de la conformación de nuevos equipos y la creación de varios torneos.

Ante el inusitado crecimiento del fútbol en los colegios de la élite medellinense, se empezaron a dictar clases del reglamento.  Era una necesidad apremiante, ante el avasallante auge de este deporte.

Luego de su aparición en 1891 en las canchas londinenses, la figura del árbitro tomó fuerza y sus decisiones se tornaron inapelables, por ello la capacitación era materia obligada para muchos de los estudiantes de las universidades de las élites anglos, que necesitaban dirimir sus discrepancias surgidas dentro del terreno de juego.

Medellín no fue la excepción.  Por ello no es casualidad que surgiera esta figura en las canchas, producto de unas capacitaciones dadas por varios docentes, con el objetivo de formar a los estudiantes en el acatamiento a las normas para el novedoso juego y especialmente para la vida.

El Campeonato Escolar realizado por el Colegio San Ignacio en 1915, contó con la presencia de varios oncenos entre los que se destacaron Antioquia, Central, Colombia, Universitario, Girardot y España.

Para ello varios estudiantes no solo fungían como jugadores de sus equipos, sino como árbitros de los partidos que se jugaban en la única cancha existente en la ciudad, la de Los Belgas, ubicada hoy donde funciona el Hospital San Vicente de Paul.

El acompañamiento periodístico del periódico local El Colombiano, como otras expresiones impresas entre las que se contaba el periódico ignaciano Los Estudios, daban cuenta de las batallas futboleras de los equipos en contienda.

Herzig y Mayerheim también acompañaron con su silbato, el juzgamiento de varios de los partidos.

Una pelota altruista

La generosidad y filantropía, propias de la cultura paisa, también cobijó al fútbol, que se convirtió en un instrumento para impulsar obras de beneficencia en la ciudad.

“El próximo domingo se jugará el Match de foot-ball en el campo de Los Belgas, entre el Sporting Club y el Club Medellín.

 Los productos se destinan a dos Asociaciones caritativas 

de la ciudad. Dado que este Sport ha

despertado en la sociedad, excusado es decir que el campo de

Los Belgas se verá completamente lleno. Así lo deseamos”.

De esta manera reseñaban en el periódico local el viernes 22 de enero de 1915 el choque futbolero. El colombiano tenía una periodicidad bisemanaria de martes y viernes, con una impresión de 4 páginas tamaño tabloide y con un tiraje de 400 ejemplares, a 3 centavos cada número. 

De Herzig y Mayerheim a Roldán Pérez

La popularización del fútbol tuvo su máxima expresión en la tercera década del siglo pasado. Ya las nacientes fábricas patrocinaban a sus obreros.  El fútbol dejó de ser para unos pocos privilegiados, el balón elitista había saltado la barda para recalar en los barrios populares.

La conformación de muchos equipos dio el génesis de la fundación de la Federación Antioqueña de Fútbol y la inauguración del Campo Los Libertadores, en 1929.

Dos años después, se conformó el primer colegio de árbitros de fútbol.  Ya Jorge Herzig y Harold Mayerheim no estaban. Nombres como Eliseo Restrepo, Antonio Zapata, Miguel Ortiz Tobón, Carlos Ignacio Molina, Samuel Uribe Escobar, quien fuera el primer presidente de Federación Antioqueña, y Mr.  William Duncan Barker, entre otros, se empezaron a vestir de negro, no solo por ese homenaje póstumo a la Reina Victoria que le hicieran los jueces ingleses casi tres décadas antes, sino porque ya la gala deportiva lo ameritaba.

Así, la cantidad de árbitros crecía exponencialmente como el número de equipos y practicantes. De ahí que ya muchos de los silbantes solo se dedicaran a este duro y desagradecido oficio y colgaran sus camisetas de jugadores.

Con la profesionalización del fútbol y el crecimiento vertiginoso de este deporte, la cualificación arbitral se tuvo que dar.

Para 1963 se fundó la Corporación Colegio de Árbitros de Fútbol de Antioquia, Arbiantioquia, fecha que, en la actualidad, no reconocen los miembros de esta familia arbitral.  Hernán Gómez Agudelo, padre de “El Bolillo”, le dio el pitazo inicial, siendo los primeros instructores Guillermo Giraldo Pulido y Enrique Rivillas, según lo cuenta el periodista Carlos Serna Serna en su libro “Historia de la Liga Antioqueña de Fútbol 60 años 1929-1989”.

Empezaron a escalafonarse los jueces y a surgir nombres como Octavio Sierra Mesa, Francisco Pérez, Hernán Olarte, Rodolfo Marulanda, Dario “Zaro” Mejía, Antonio Novoa, Hernán Pérez Cuartas, padre de Armando Pérez Hoyos; Pedro Nel Pineda Y Omar Delgado Piedrahita, entre otros, que se destacaron no solo en el ámbito local sino departamental y nacional e internacional. De hecho, Delgado Piedrahita, con escarapela FIFA, fue el primer árbitro antioqueño en pitar un partido en un Mundial de Fútbol. El nacido en Puerto Berrio, Antioquia, el 1° de enero de 1940, pitó el encuentro Yugoeslavia 9 Zaire 0, en la Copa del Mundo de Alemania 74. (Ver recuadro de árbitros FIFA antioqueños en los mundiales).

Otras camadas de árbitros surgieron, para beneficio del juzgamiento paisa y colombiano. Nombres como Gonzalo Valderrama, Libardo Serna Ángel, Juan Manuel Gómez Botero, Luis Octavio Ortiz, John Jairo Toro, Edwin Vallejo, Bernardo Valencia, Mario Bedoya Morant, Luis Alfonso López Gil, Gabriel Vanegas Chaverra, Carlos Eduardo López Buitrago, Jorge Luis Arango Cardona, Hernando Agudelo, Jovani Zapata y últimamente Wilmar Alexander Roldan Pérez (ver recuadro), entre otros, han sido referentes y embajadores del arbitraje paisa para el mundo del fútbol.

Narcotráfico y juzgamiento

Un periodo negro, como su vestimenta, vivió el arbitraje colombiano. El narcotráfico irrumpía en la sociedad colombiana, como un estilo de vida para unos pocos. Amenazas, vetos y hasta asesinatos vivieron los árbitros colombianos en una época sombría, desde finales de los 70 y principios de los 90´s.

Amenazas como el veto al juez antioqueño Armando Pérez Hoyos, en un partido crucial por la Copa Libertadores de 1987 entre América y Deportivo Cali, fue cubierto por los medios periodísticos del país.

Al mismo Pérez Hoyos lo secuestraron en el 89 y sentenciándolo no solamente a él sino a todos los jueces del país. “Árbitro que se porte mal, lo borramos” fue la amenaza de un brazo armado del Cartel de Medellín.

Pero fue el vil asesinato del árbitro Álvaro Ortega Madero, el que encendió las alarmas del dinero de apuestas millonarias en nuestro fútbol. El juez barranquillero fue acribillado en Medellín, luego de un partido jugado entre el DIM vs América en noviembre de 1989.

La sangre como los chorros de tinta, corrieron en todas las salas de redacción, especialmente en los diarios locales de El Mundo y El Colombiano.

Tres Corporaciones, tres aportes


Herzig debe estar feliz. Ya el juzgamiento antioqueño cuenta con 3 Corporaciones arbitrales, que contribuyen a mostrar las bondades del referato paisa. La Corporación Colegio de Árbitros de Fútbol de Antioquia, como la decana y primera en Antioquia, la Academia de Árbitros de Antioquia, AAA, secundando el duro trabajo arbitral y la Corporación Arbitral Social y Deportiva de Antioquia, CASDA, orientada por el internacional Wilmar Roldán Pérez, son las agrupaciones arbitrales de Antioquia, que cada semana imparten justicia en los terrenos de juego no solo barriales, municipales, departamentales sino también nacionales e internacionales.

Cerca de 5000 jueces antioqueños, empacan semanalmente sus tarjetas, sus pitos, sus escarapelas, su vestimenta multicolor y sus planillas, entre otros elementos, para cumplir su misión en la geografía montañera, muchas veces sin el cubrimiento mediático.

Mujer y arbitraje


De otro lado y capítulo aparte merece la mujer en el juzgamiento del futbol.  La cucuteña Martha Liliana Toro, la caldense Adriana Lucia Correa y especialmente la antioqueña María Edilma Garcia Porras merecen un reconocimiento a su valiente labor de pitar partidos del fútbol profesional en Colombia.

La juez paisa obtuvo gafete FIFA que sirvió de referente para las nuevas generaciones de mujeres y para abrir la senda al juzgamiento femenino del fútbol, en una cultura muchas veces machista como la antioqueña.

Hoy, con casi 60 damas, el arbitraje antioqueño se precia de mostrar que el legado dejado por García Porras está vigente.

Una de ellas es Dana Largo Vanegas. La joven estudiante de Licenciatura en Educación Infantil de la Universidad Católica Luis Amigó es una de las nuevas referentes en este duro y desagradecido oficio del juzgamiento del fútbol. 

Es que la necesidad de cubrir los gastos académicos en el Politécnico Pascual Bravo hizo que Dana escogiera el difícil oficio del arbitraje en el fútbol y por la invitación de Robinson Monsalve, su profesor de educación física, aceptó ese gran reto.

“Cuando estudiaba en el Pascual Bravo, mi profesor de educación física me invitó a que hiciera parte del equipo de fútbol. Jugué como defensa centro. Después, y ante las dificultades económicas de no tener para el algo o mis útiles escolares, me dijo que si me gustaba el arbitraje él me colaborara para que lo hiciera. Inicialmente, me ganaba $ 4000.oo que también me servían para los pasajes y otros gastos. Luego, me comentó que iba a nacer CASDA y que, si quería hacer el curso, lo hiciera y me aconsejó que si era disciplinada llegaría muy lejos en este mundo del juzgamiento”, comentó la segunda entre cuatro hermanas de la familia Largo Vanegas.

Dejando en fuera de lugar sus miedos y sacándole una tarjeta roja al machismo atávico, se enfrentó a su núcleo familiar para hacerle un gol a la incredulidad inicial de sus padres y de sus tres hermanos.

“Mi familia al principio fue muy reacia en que yo arbitrara, pero con el tiempo se dieron cuenta que esto me gustaba y que podía hacer historia en el fútbol desde el juzgamiento. Mi mamá me decía que eso era un oficio de los hombres, pero fue la que más me apoyó. Mi papá, al comienzo, le dio muy duro, pero me fue acompañando a los partidos y hoy por hoy me pregunta acerca algunas de las jugadas que suceden en el fútbol profesional y ya prácticamente el núcleo familiar se ha unido en torno al arbitraje”, expresa la hija de Alejandro, un empleado de mantenimiento en Zenú, y Lina María, una hacendosa ama de casa.

De eso han transcurrido 7 años y todavía lo sigue haciendo, siguiendo los pasos de de sus iconos en el juzgamiento como Wilmar Roldán o la internacional María Edilma García Porras. 

“María Edilma siempre nos da buenos consejos. Ella siempre está atenta a todas nosotras.  Esto de la virtualidad nos ha acercado mucho a ella, ya que, y como de muchos es conocido, María vive en los Estados Unidos. Por ello, siempre me miro en el espejo de ella y quiero llegar a instancias superiores y tener una escarapela FIFA, como ella lo obtuvo, para ello me preparo todos los días” manifiesta la joven nacida el 27 de diciembre de 1998 en Bello, Antioquia, pero criada en el barrio El Pesebre de la Comuna 12 de Medellín.

Así los chorros de tinta, la vocinglería en micrófonos radiales, la explosión de la imagen televisiva y últimamente las redes sociales han mostrado y siguen mostrando la figura del árbitro, muchas veces como el villano de la película del fútbol, pero también propendiendo por el juego limpio (Ver recuadro 3)

Recuadros

Roldán, árbitro récord

El amalfitano, nacido el 24 de enero de 1980, supo desde pequeño que su misión en el fútbol era el juzgamiento y quería hacer historia.

El premio Acord en tres ocasiones, como “Mejor Juez de Antioquia”, ha roto los récords sin despabilarse.

Hace poco el árbitro Wilmar Alexander Pérez llegó a su partido número 100 en la Copa Libertadores de América y se convirtió en silbante récord de designaciones en este certamen en deportivo.

Es el único juez que ha pitado 8 clásicos montañeros, entre los oncenos Atlético Nacional y Deportivo Independiente Medellín. 

Es también el único árbitro antioqueño en pitar dos mundiales de fútbol (Brasil 2014- Rusia 2018)

Roldán Pérez ha dirigido tres finales en la Libertadores. En 2012 dirigió el juego Corinthians Vs. Boca Juniors; en 2013, Atlético Mineiro Vs. Olimpia y en 2014 estuvo al frente de la final Nacional de Paraguay Vs. San Lorenzo.

Jueces FIFA paisas en Mundiales

Desde Omar hasta Wilmar Roldan Pérez son pocos los jueces antioqueños, que han estado en el equipo arbitral de una Copa del Mundo del Mundo.

Veamos la lista de árbitros FIFA de Antioquia que han ayudado a impartir justicia en la máxima cita orbital del balón.

Omar Delgado Piedrahita: nacido en Puerto Berrio, Antioquia, estuvo como juez central en el Mundial de Alemania 1974. Pitó el partido entre Yugoeslavia 9 Zaire 0. También fue asistente en dos partidos más: Alemania- Australia y Alemania - Países Bajos.

Armando Pérez Hoyos: Tristemente célebre por su secuestro en 1989 en Medellín para advertir que quien “pitara mal sería borrado", fue asistente en la final de Italia 1990 que enfrentó a Argentina y Alemania y que culminó con el tricampeonato de los teutones.

John Jairo Toro Rendón: Actuó como juez central en el partido Sudáfrica-Dinamarca en Francia 1998. El encuentro estuvo lleno de altibajos al punto de que se sacaron siete tarjetas amarillas y una roja. También fue asistente en el partido Corea del Sur- México.

Wilmar Roldán Pérez. Estuvo en Brasil 2014 en donde fungió como central en los partidos México 1 Camerún 0 y Corea del Sur 2 Argelia 4. Igualmente, en Rusia 2018, en donde pitó Túnez 1 Inglaterra 2 y Arabia Saudita 2 Egipto 1.

Tarjeta verde, por el juego limpio

Las tarjetas en el fútbol son una analogía del semáforo. Fueron inventadas por el inglés Ken Aston para detener la violencia. Solo le faltó la verde para completar la triada cromática, que salió del ingenio del periodista ACORD Antioquia y ex árbitro de fútbol, Roosevelt Castro Bohórquez. 

“El árbitro británico señaló que con el rojo detenía la violencia, con el amarillo estabas en alerta y solo le faltó la verde, con la que quiero premiar las buenas acciones de juego limpio e igualmente los comportamientos honestos y respetuosos que tengan los diferentes públicos del fútbol, en especial a los jugadores en Colombia, como ya lo viene haciendo en el fútbol de la Asociación del Fútbol Argentino, AFA, la Asociación Irlandesa de Fútbol,  la Real Federación Andaluza y la Comunidad Valenciana de Fútbol en España, e igualmente en países como México, Chile y Japón.  En este último país está consignado en un capítulo del “Libro de la Moral”, logro editorial y de lectura obligatoria para los estudiantes del ciclo de primaria y secundaria”, aclara el también llamado “Juez de los Valores”.

Del mismo modo, es una apuesta a la paz y la convivencia en el contexto del fútbol.

Así esta estrategia Fair Play sigue su senda como un “paz-aporte” de este asociado a la Asociación Colombiana de Entrenadores de Fútbol, Ascenfútbol, a la AIPS, al CIPA y especialmente a la Asociación Colombiana de Redactores Deportivos capítulo Antioquia, Acord-Antioquia.  Roosevelt es #Orgullosamente Acord.