Su trabajo consiste en hacerse odiar. Única unanimidad del fútbol: todos lo odian. Lo silban siempre, jamás lo aplauden. Nadie corre más que él. Él es el único que está obligado a correr todo el tiempo. Todo el tiempo galopa, deslomándose como un caballo, este intruso que jadea sin descanso entre los veintidós jugadores; y en recompensa de tanto sacrificio, la multitud aúlla exigiendo su cabeza.
(EL árbitro. Fútbol a sol y sombra-
Eduardo Galeano)
Por cosas del destino, Jorge Andrés Tabares Cano se hizo
árbitro de fútbol. “Un día no llegó el juez a un Torneo del barrio Granizal y
me dijeron que si me le media pitar y yo les dije que sí”, rememora el
habitante del barrio Buenos Aires y estudiante del SENA de preparación
deportiva.
Una motivación de fungir como árbitro también lo sedujo: un
pago de $ 50.000 por el servicio animaron al joven de 22 años de edad para
asumir tremendo reto.
De eso han transcurrido 12 años y más que satisfacciones
económicas, ha tenido un cúmulo de bendiciones, que lo han puesto en la opinión
pública futbolera como uno de los mejores en el balompié rentado colombiano.
Genesis futbolero
Tabares Cano transpira fútbol por sus poros muy a pesar de la
trashumancia de su madre María del Socorro. “Mi mamá se mantenía trasladando de
Angelópolis hacia Medellín y de aquí otra vez pasábamos para Angelópolis, por
eso nací allí”, comenta el Nazareno de turno, nacido el 30 de enero de 1988.
Después de 8 años de ires y venires, María del Socorro
decidió anclar su andar y se quedó viviendo en Manrique Oriental, con su
pequeño hijo.
“Allí crecí. Empecé mis estudios de primaria en la Escuela
San José de Angelópolis y en donde llegué hasta tercero y después los terminé
en la Escuela Versalles”, comenta el crédito de la Comuna 1 de Medellín.
“Allí empecé mis sueños futbolísticos con los equipos de
Unión Cristiano y en los que jugaba como volante 8”, recuerda el bachiller de
la Institución María Cano, del sector de Granizal en la Comuna Nororiental de
Medellín.
Luego de casi dos décadas de vida y su renuncia voluntaria
como jugador activo para dedicarse al juzgamiento del fútbol, Tabares mira en
retrospectiva lo logrado. “Me empecé a capacitar en el 2010, con la Academia
Antioqueña de Árbitros de Hernando Agudelo. Allí tuve una mención de honor como
mejor juez de la temporada. Pité partidos del barrio en los Torneos de
Presupuesto Participativo de la comuna”, evoca el árbitro antioqueño y en staff
selecto del Futbol Profesional Colombiano.
Debut soñado
Un año después, tuvo un ascenso enorme: llega a la categoría
1° C del escalafón departamental. En el
2014 ya se encuentra en el selecto grupo de jueces de la 1° B profesional y es
en el 2018, cuando Jorge Andrés debuta como árbitro central en el partido
Alianza Petrolera vs Equidad Seguros. Es el sábado 21 de julio de 2018, cuando en
el Estadio Daniel Villa Zapata, de Barrancabermeja, ve desfilar el equipo
arbitral comandado por Tabares Cano y secundado por John Gómez y Ángel Caro.
“Era el sueño hecho realidad. Los días previos a mi
designación no pude dormir bien”, asegura.
El equipo capitalino ganó el partido 0-2 con goles de Carlos
Peralta, ambos de tiro penalti, y Tabares Cano tuvo un saldo disciplinario de 7
amarillas 5 de ellas para los locales Ricardo Jerez, David Valencia, Yhormar
Hurtado, Luciano Ospina y Diego Barreto y 2 para los visitantes Stalin Motta y
David Camacho.
De eso han transcurrido 4 años y con 49 partidos como central
y cuyo balance disciplinario es de 276 tarjetas amarillas y 16 rojas (3 doble
amarilla y 13 rojas directas), llega a su gran reto como árbitro: pitar su
primer clásico antioqueño.
“Es un gran reto, que pienso sacar adelante”, comentó el
orgullo de la Comuna 1 de Medellín.
Dos juzgamientos a los paisas
De hecho, ya le había juzgado tanto al Atlético Nacional como
al DIM, ambos sellados con victorias para los equipos paisas. Al primero le
pitó, por Liga, el 16 de octubre de 2020. El rival de turno fue Águilas
Doradas. El Estadio Alberto Grisales fue testigo mudo de la victoria verde 2
(Jader Obrian 9’ y 87’-Penalti-) a 3 (Fabian González 15’, Andrés Andrade
72’-Penalti- y Vladimir Hernández 89’), en la fría noche de ese viernes de octubre
y en el que “no le tembló” la mano para sancionar dos penas máximas, una para
el local y otra para el visitante e igualmente, para terminar con un balance
disciplinario de 4 amarillas (1 para Águilas y 3 para Nacional)
Así mismo, y por Copa Colombia, le juzgó el partido al DIM
contra el Tolima. Sucedió el 28 de julio de 2022. Los seguidores del onceno
pijao, apostados en el Manuel Murillo Toro, vieron la derrota de su equipo 2-3
de manos de El Poderoso. El gol de
Rangel (14’) no le sirvió para que los escarlatas antioqueños se trajeran la
victoria, con anotaciones de Cambindo (4’), Víctor Moreno 829’) y Miguel
Monsalve (39’)
Así fue como Tabares Cano encontró por accidente el
juzgamiento del fútbol para convertirse en su motor de vida y para transformar
otras.
“Quiero contribuir con la gente de mi comuna satanizada por
la violencia. Quiero que mis coterráneos vean que el deporte es un vehículo de
transformación social”, concluye con ilusión el amante de la bandeja paisa y
candidato a escarapela FIFA.
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