sábado, 3 de septiembre de 2011

Nóndier, la salsa y su fútbol

La música de El Gran Combo de Puerto Rico o de Andy Montañez le da la alegría al vallecaucano Nóndier Romero y con ella trabaja para que las "Águilas Doradas" vuelen alto en la Liga Postobón II.
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Hace parte de los nuevos refuerzos que trajo el Itagüí Fútbol Club para la presente temporada. Después de una década en el balompié profesional llega al nido de las “Águilas Doradas” para entregarse por entero. Su historia de vida.
Roosevelt Castro B

Dice la filosofía popular que “es mejor atajar que empujar” y en el caso de Nóndier Humberto Romero Peña, nuevo defensor del Itagüí, la sabiduría del pueblo no se equivoca.
Las ganas, el ímpetu, la mística y el empeño que le puso a su sueño de ser futbolista profesional no lo detuvieron. “Desde pequeño he sido una persona muy independiente por el fútbol”, comenta el palmirano nacido el 22 de enero de 1979.
Es que no le valieron los castigos de su madre María Elena o de su padre Aquileo (fallecido) al benjamín de la familia Romero Peña, a él nadie lo atajaba. “Un día me pilló escapándome de clase para ir a jugar un partido el coordinador del Colegio Germán Nieto, donde estudiaba en Candelaria y me pidieron que llevara a mis padres. Usted se imaginará el castigo”, evoca Nóndier Humberto.
Sus inicios con la pelota en las selecciones de Candelaria y de Águila Roja lo llevan a la selección vallecaucana de fútbol y luego al Boca Juniors de Cali. “Nosotros vivimos en El Cabuyal. Mi papá trabajaba en un ingenio de azúcar y mis siete hermanos éramos muy unidos. Yo empecé jugando como delantero con Wilson Lenis y Antonio Llanos y luego Hernando Ángel me lleva al Boca Juniors”, recuerda el esposo de Lorena Caicedo y el padre de Sebastián y Nicolás.
Sus equipos
A los 21 años le llega la esperada oportunidad. “Llegué al América y el profesor Jaime de la Pava me pone a debutar en un partido contra Cartagena en La Heroica pero como marcador y ahí me quedé”.
Fue su primer premio como jugador, no solo por el inicio de su carrera como futbolista profesional, si no porque los directivos americanos le dieron un dinero extra por el punto que consiguieron como visitantes y que los mantenía en las primeras posiciones del torneo.
Con “Los Diablos Rojos” obtuvo los títulos en las temporadas 2000-2001. Para el año siguiente pasa al Atlético Quindío y contribuye a que los dirigidos por Eduardo Lara se coronen campeones de la Primera B profesional.
En diez años de vida como profesional del fútbol y luego de su trasegar por equipos como América, Quindío, Caldas y Huila recala al Itagüí para la presente temporada.
“Soy un privilegiado de Dios por estar en el fútbol, por eso les digo a los niños que se inician en este deporte y que si van a escoger esta profesión que deben entregarse de lleno porque al que le gusta le sabe y a mí esto siempre me ha gustado”, concluye Nóndier Romero.

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