martes, 19 de junio de 2012

Roja al machismo



Andrea, bachiller del Colegio Ferrini, vive en el barrio Castilla, de Medellín. No solo le toca ejercer ese duro y a veces desagradecido oficio de árbitro sino que además es una talentosa famiempresaria de confecciones de blue jeans.
Roosevelt Castro B.

Dicen que hay oficios ingratos pero quienes los asumen parecen disfrutarlos. Uno de ellos: el ser madre Otro: el de ser árbitro de fútbol. En Andrea Patricia Chavarría Guerra se unen estos dos.

Sí, Andrea Patricia ha ejercido ese duro oficio de ser madre desde hace más de once años, cuando, al unirse en matrimonio con Gustavo Wbeimar Madrid, nació su primogénita Saray Valentina.


La mujer árbitro
Tras los pasos de María Edilma



El de impartir justicia en las canchas del fútbol lo ejerce Andrea desde hace nueve años. Es una tarjeta roja al machismo.

Sus ojos color miel contrastan con los amargos momentos que tiene que pasar al hacer sonar su silbato. Los insultos, los improperios en que a veces prorrumpe el público en contra de los y, en este caso, las de negro son motivos suficientes como para querer abandonar este desagradecido oficio. “El apoyo constante de muchos compañeros y colegas del arbitraje me motivan para seguir adelante y no abandonar las tarjetas y el pito”, afirma esta itangüina, nacida bajo el signo de libra, un 17 de octubre de 1978.
Mientras se viste y se prepara para pitar el partido que le corresponde, Andrea Patricia, la “benjamina” de la familia Chavarría Guerra, evoca el apoyo de su padre Miguel Ángel, un jubilado de un colegio de monjas en Ituango y quien tuvo que huir desplazado por la violencia hacia Medellín. “Ha sido mi soporte anímico desde que asumí este reto en mi vida”, afirma Andrea.
Dice Eduardo Galeano, en su libro “Fútbol a sol y sombra”, que el árbitro es arbitrario. Andrea no lo es a la hora de indagársele hipotéticamente acerca de su apoyo decidido a su hija en caso de optar por seguir sus pasos. “Yo la apoyaría mucho. Mi mamá María Jesús no pudo verme ejerciendo el arbitraje, pues falleció a finales del 2006”, recuerda.
Sus sueños siguen vestidos de negro, por ello su preparación ha sido muy amplia y extenuante, para demostrarse y demostrarle a otros que en cuestiones arbitrales no es un “sexo débil”. “Quiero dejar huella en esto del arbitraje”, declara la  juez antioqueña de la categoría Primera C.
Son las ilusiones de una mujer que, contra viento y marea, lucha por abrirse y ganarse un espacio en este duro camino del arbitraje; ilusiones que confecciona Andrea Patricia Chavarría Guerra, en el día a día, con un pito y unas tarjetas como armas de paz y amor.

Como Andrea, la Corporación Colegio de Árbitros de Fútbol de Antioquia, Arbiantioquia, cuenta con un grupo de trece mujeres árbitros que quieren seguir los pasos de la única juez antioqueña con escarapela Fifa: María Edilma García.



Son muy  pocas en este duro y desagradecido oficio, no obstante buscan por abrirse un espacio en este competitivo mundo del fútbol, desde el arbitraje.



En fútbol:

Juez Categoría
Andrea Chavarría 1ª C Nacional
Eliana Ortiz 1ª C Nacional
Sandra Colorado Departamental
Mery Gamboa Departamental
Dora Orozco Departamental
Deisy Aguirre Tercera
Marcela Anaya Tercera
Lizeth Correa Tercera
Jennifer Figueroa Tercera
Paola Saldarriaga Tercera
María Zapata Tercera




En fútbol sala:

Maryory Quiroz Departamental
Leidy Úsuga Departamental


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